LA CRUZ Y LA DAGA PARTE DOS

REUNIÓN DE CUERVOS 

La reunión de los cuervos el sarcástico encuentro de todo Mebionseren, o hijos del lucero  donde se fraguaba en  lo oculto  apartado del exterior; siguiendo reyes y reinas la macabra tradición por el poder  al pie de letra, llevando a cabo las tierras místicas inglesas el adoctrinamiento de cada rey que se levantaba creciendo bajo la oscura y  influencia del lucero, siendo Viramog Yatés el primer rey en ser despiadado, adoraba cazar a los inocentes y hacer de ellos un festín a las sombras, engendrando a Radangma la princesa cual se volvía su única heredera al trono, qué era conocida como justa no siendo de agrado al lucero los senderos de un niño de Dios qué conocía la princesa; llevando a su padre a la demencia al ser enfrentado por ella, dominado por las sombras le ponía bajo tortura hasta el punto de volver una mártir. 

Tomando el Malvado rey en su abrigo el hijo que había engendrado con una meretriz, daba el agrado del reino Geal Yatés y se convertía en el más íntimo seguidor de las sombras; enseñando a su descendencia desde la cuna a apreciar las oscuridad  crecía Nobar Yatés siendo tan despiadado como su padre cual amaba la carne pura del recién nacido, engendrando Nobar a Ghard Yatés su misma creencia al chiquillo transmitía  creciendo Ghard con otro modo de pensar, odiaba la comunión con las sombras siendo obligado a seguir el camino llegaba una mañana  un hombre de ciencia y inteligencia, trayendo consigo grandes profecías engañando  Jaél a su rey como solía hacerlos con todos, se convertía en la mano derecha y  era advertido Gharg de cualquier conflicto y trampa porque eran sus visiones claras, y sus profecías una realidad. 


 Andando Jaél de la mano del rey  tramaba en lo profundo de su corazón al ser el peor de los cuervos, que con falsas profecías  propagaba la adoración por la ciencia y sus más maliciosos y oscuros pensamientos hacia una realidad de ellos; no sólo trayendo consigo Jaél el mensaje de las esferas cuales empezaban a aclamar, también daba una nueva diversión y adoración cuáles morían las doncellas del mundo entero  y los niños deseaban ser al crecer como un Vernúgem, entrenando Jaél  desde la niñez a huérfanos niños  como los mejores escoltas, al ser elegidos por su hermosa apariencia, y grandes estaturas, vestía como temibles asesinos y mascaras ponía en sus rostros actuando Jaél como proxeneta los rostros de los aclamados varones eran vendidos; para la diversión, y la perversión.

 Sólo alcanzando uno de los Vernúgem un  estatus más alto de fama, moría la humanidad por Liansed el mestizo del norte cual su cabellera lacia caía más abajo de su cintura; siendo la máscara más vendida odiaba Liansed serlo, encomendando al Vernúgem ser  el escolta personal de Ghard Yatés, siendo el  mestizo la más grande personificación de la seducción y la belleza.

Eran obligados  cada Vernúgem aun al odiar  a Jaél llamar padre a su Verdugo, reconocido como un hombre que adoptaba al huérfano, una mañana llegaba a su puerta un joven hambriento dispuesto a comer las sobras de los cerdos; cual  capturado por Liansed era  llevado ante Jaél  observando todos que era el varón más bellos de los varones, y de gran altura, engañándolo  Jaél decía convertiste en un padre llevando al joven a la perdición con el pasar de pocos meses: caía en fama Liansed al ser Gabriel  la mejor llamarada de la belleza. 

Ordenando el rey que sería Gabriel Vernúgem el escolta del príncipe heredero, al ser el mas astuto asesino; fallecía Ghiard Yatés aún siendo joven  dispuesto a tomar su lugar Nardog Yatés que conocido era como el príncipe justo, qué traicionado por sus mejores amigos era asesinado antes de su coronación  obligando al  príncipe Eurig Yatés a tomar  la corona, por el infortunio de una muerte inesperada. 

Lloraba Eurig a la tumba de su hermano porqué se había unido a la muerte igual que sus padres; siendo para Eurig su deceso una terrible tormenta que le ataba al trono  aun cuando no lo deseaba, olvidando rápidamente y con facilidad el hombre desinteresado que había sido del oro que ofrecía Belial, agradaba al ángel malvado convirtiéndose en lo que ni aun su padre había querido ser.

Cayendo en lo profundo de los sombras, no sabiendo cómo de ellas lograría escapar  sin ser hallado, toda mañana desde el día que a ser rey había pasado reconocía en secreto que un traidor solía ser con Meibionseren;  y su doctrina, pero temía tortura o dolor  practicaba por los altos brujos a cada defensor de lo justo, entonces caminaba Yates bajo la autoridad de Jaél  quien disfrazado de un ángel escondía el de un brujo, uno que solía matar por complacer al que llamaba amo y señor.

Odiando y tramando mal contra los que se oponían, Jaél  torturaba con comentarios a Bonnie un líder de la cámara alta de los lores;  que apreciado por el pueblo les ganaba y reconocían como noble porque justo era con los olvidados del rey, días de conflicto y noches de angustia  vivía Bonnie; porque no todo era aceptado para el de un Meibionseren, ocultando su poca devoción al ángel caído se refugiaba en su biblioteca para no admitir ante todos, que temía por todas las injusticias cometidas.

Los toques a su puerta de un siervo fiel, se oían trayendo consigo velas con las que reforzaba las lámparas dando más luz. —¡Mi señor desea algo más! 

— No ya es hora de descansar, yo aún no me marcharé a dormir recupera tus fuerzas y renueva tu espíritu. —con tristeza y angustia hablaba,  presionado su espíritu por las sombras.

—Mi señor está mañana vino aquel que le hizo visita, un par de día atrás.

—¿Que dijo Comento algo sobre una propiedad?


—  Si, y dejo un mensaje escrito para usted.

—Está bien. 

Tomaba el siervo las copas que aún no se habían  limpiado, y detenía su salida Bonnie con un hablar preocupante. 

— En unos días mi esposa e hijos abandonaran estás tierras, y tú irás con ellas.

—“¡Mi señor quien atenderá tu casa! “

— Yo sabré sobrellevar la soledad. 

Decía por último, abandonando su hogar mientras dirigía su carruaje  a un aislado lugar.

Cercada y vigilada  las grandes rejas se habrían porque anunciaban la llegada de otro carruaje, cuyas puertas solo eran abiertas para los conocidos de aquella casa; bajando de él Bonnie a su encuentro salía Yates el rey, y saludaba amablemente como siempre solía ser con Bonnie. 

— Tu amabilidad habla mucho de ti, quisiera que tu fueras de verdad quién gobernará.

—Tal vez solo somos tres a los que Jaél empieza incomodar, pero como se puede frenar aún asesino tan astuto. 

 Murmuraba en secreto caminando a la mesa que llamaban  discordia, pues allí planeaban y concretaban todo lo pérfido para dichas tierras; con su posición plasmada en su rostro entraba prevenido, porque no sabía a qué horas el enemigo atentaría contra el siendo de su única confianza el rey y su segundo al mando.

—Bienvenidos todos a la reunión de Cuervos. —se refería Yates con sarcasmo  a Jaél el brujo, que dominaba el reino.

— ¿Acaso es de incomodidad para ti la reunión en esta gran mesa?

—No me divierte cuando hay desacuerdos, y unas cuantas peleas que terminan en muerte. — volvía con ironía Yatés a contestar.

—Es tu ironía al hablar lo que te mantiene vivo, y en la posición en que estás.

—Soy el único heredero quien otro desea aguantar lo que yo soporto, seré famoso en los Meibionseren por transigir a todo lo que deseaba Jaél el asesinó

Observación de parte Jaél no dejaba de recibir a Bonnie, que nadie más que él sabía su reunión. —David ministro de Inglaterra  y los pocos Lores de la cámara alta que están de acuerdo con cada plan, en esta mesa se sientan los que saben bien cómo actúa un hijo del lucero; pero a veces no todos están dispuestos a colaborar.—se dirigía  Bonnie con un tono imperioso en su voz.

—Yo no pretendo ser un enemigo, Yates conoce bien qué he servido todo este tiempo.

—No sé porque a Yates le parece, porque a mí señor ni a mi nos parece; siempre estás departe del pueblo y abogas por ellos, y tu bondad es con los que duermen.

Parándose de su puesto  su copa llenaba de vino Yates y dialogaba con Bonnie, queriendo convencer al hombre; porque liberarle a él y su familia deseaba de todos los que reunidos estaban allí. 

— Querer espiar a cinco sujetos no es problema, solo debes averiguar sus contras y allí sabremos si nos favorecen.

—Y cuando no son favorecidos, llega el veneno de la serpiente y destruye, es esa mi oposición a esto. 

Alzándose en contra de Bonnie, todo los que a la mesa estaban, no dejaban al hombre defender su posición.

— Tus amigos en la cámara alta, ocultan y sospechan algo de nosotros.

 —Y no sabemos, ¿tú qué sabes de esto? 

— No sé qué es lo ellos guardan, y no miento pues siempre soy sincero, si  desean saberlo porque no lo ves atreves del cristal siempre están invadiendo la privacidad, —se dirigía franco y sincero Bonnie.

— Con nosotros o con el débil pueblo que creen en lo que les  dicen, noto como ellos se ocultan de las esferas porque conocen lo que oímos; y conocemos sus actos. 

Con insultos de parte de los demás cuervos, prorrumpía su silencio el líder y  profería a hablar amigablemente; sabiendo Yates que tras esa voz pasiva solo anunciaba la muerte.

—No nos vamos a ir todos contra Bonnie, el tratara esto conmigo a solas porque no pienso desaprobar tus actos; eres sabio y sabes cómo poner de acuerdo a los Lores cuando de un nuevo plan se trata.

Una tranquilidad rodeada de dudas, gobernaba su espíritu porque no sabía si creer al brujo solapado; o preparar su arma para defender todo lo que amaba, porque no sabía distinguir de él su lado noble.

— Si es este el final de mi lugar aquí, quisiera retirarme para descansar.

—¿Acaso no asistirás al festín de los Meibionseren? —preguntaba Neuman Lord de la cámara alta, y amador de las sombras. —Ya son tantas veces en que Bonnie el justo no asiste.

—No asistiré hasta que paren con el asesinato de niños, y vírgenes; es una cacería absurda si nos descubren quedaremos en la historia como lo más abominable de nuestra raza. 

 Protestaba Bonnie observando con esperanza a Jaél, en un absurdo desperdicio de palabras. 

— Jaél frena todo este horror eres un ángel para el pueblo, como eres capaz de ver sus rostros y no sentir culpa; porque ya carcome mi corazón.

Serio de semblante, y dominado por las sombras una pequeña sonrisa mordaz sacaba de sus labios; y sin culpa alguna dejaba ver cuan poseído estaba —La sangre pura es dulce no solo para nosotros también para ellos, has de estas tierras un festín todos los días y ellos se dormirán y olvidarán que sus hijos son devorados por nosotros, solo amarán el sonido de la música la pasión del vino y los gritos de los inocentes, y un buen reto de las esferas, no escucharán. Porque ahora sus vidas y su existir se basa en esferas que brillan como la luna. 

Abatido de espíritu a un aposento desolado subía, siendo la perfecta guarida para la culpa que le dominaba; observando a todos marcharse esperaba ser el último siendo alguien de compañía esa noche para el. 

—¿No piensas marcharte? —preguntaba al rey. 

—Yo adivine que Bonnie había llegado hasta aquí, porque yo también he buscado cerrar las puertas de este aposento para un poco pensar; no hay una silla para descansar  pero es muy privado, a estas paredes les cuento mis más recónditos pensamientos. —se expresaba Yates del aposento de techos elevados, y fríos.

— Pensé que ibas con ellos.

—Yo siempre llego cuando ya todos están allí, te fijaste si no hay una bola de cristal aquí con nosotros. —decía con risa el rey.

—Lo lamento por ti Eurig, pues no eres capaz de enfrentarlos.

— Mi ambición por el poder, me hace débil y tonto — expresaba Yates en su inconformismo el cual guardaba, de que a  Jaél le fuera notorio de el — Sabes que puedes hablar libremente conmigo,

 — Lo se actúas ante el cómo un fiel servidor, pero en la noche solo quieres hacer lo que todos quieren; asesinar a Jaél y tomar su lugar haz algo que le detenga.

—Esto se sale de mis manos, no solo Jaél está al pendiente de mí también los asesinos que puso a nuestra disposición.

—Los Vernúgem, entre ellos también hay ciertas discrepancias, ¿quién asegura que Gabriel no planea lo mismo?—se preguntaba Bonnie, refiriéndose al siervo más deseado de los Vernúgem. 

—Gabriel es temible para todos, se lo que es capaz ese demente con sus manos; pero olvídalo él no tiene voluntad pues Jaél le impone la suya, solo son diversión para los hijos del lucero.

Decaído abatido por estar solo, observaba el bosque y pensaba en el dolor que traería consigo, el amanecer — Sabes oíd como los campesinos claman porque un niño de Dios se levante, como aquel que hace muchos años pudo contralar al brujo más temible de todos.

— ¡Aquel que murió destruyendo la fama de Dalta! Lo que dices prometo guardarlo y que no saldrá de mi boca; porque cualquiera que oyera tus palabras diría que tu temor es con el hijo. 

 La copa que aún tenía en su mano colocaba en el mural de la ventana, y bajaba los escalones haciendo Bonnie un comentario, que para Yates era como si conociera su verdadera lealtad

—Eurig frena a Jael detenle conozco tus ambiciones, porqué no suelen ser como las suyas. 

Con malicia en su mirar daba a conocer a Bonnie que fraguaba en lo secreto de su alcoba, pero no daba una declaración que le dejara aun en evidencia; las rejas de kråkebord se cerraban y cabalgaba a solas Yatés, por senderos cuyos aldeanos le era ocultos pues llevaban a lo más profundo de la tierra, sonido de un relinchar a lo lejos avisaba el hombre que resguardaba a la entrada.

Que el último de los visitantes ya llegaba, bajando Yates de su corcel observaciones hacía al desfigurado, porque llegaba a sospechar quien había sido en su pasado. 

— Extrañas ser un Vernúgem, la fama pasa la belleza es efímera. 

Callado como siempre el que ahora un monstruo olvidado era, esa noche su respuesta era la misma de siempre, un respirar atormentado rodeado de silencio y dolor dejando al rey con la misma curiosidad. 

Dirigiéndole por los profundos escalones, con la antorcha en su mano alumbraba su trayecto hasta que el sonido se alcanzaba a oír, el estruendo de los tambores tocaba la música del ritual y los gritos de descontrol los llevaba a toda orgia; observando Eurig en lo alto del mural que sostenía el demonio tallado en plata siendo el guardián de las sombras





OCULTO TRAS LA LETRAS 

En escritos de pluma fina los reconocidos solían escribir sus historias  porque gustaban al imaginar, que en el futuro sus vidas fuesen contadas a través de las letras; y su fama no terminará con el pasar de los años, reconocidos hombres con el don en sus manos para escribir   eran llamados por ellos  atrayendo visitantes a las que llamaban las guaridas de los libros, Cam valtimor para muchos sus letras eran el mejor de los dones, porque llamaban la atención su inspirador toque al escribir.

Con una mente inclinada a conocer los secretos más ocultos de  los que su arte al escribir solicitaban, en su camino con una sospecha de un proceder oscuro se topaba más profunda  que las que solían leer en los cuentos; llenándose de obsesión día y noche pensaba en cómo hallar la forma de llegar hasta tan terrible misterio, resultando inútil cada maquinación.

En la gran biblioteca mantenía a la espera de una oportunidad que le dejara llegar al fondo de sus ambiciones, mientras planeaba una y otra vez llegar más allá de sus limitados escritos. 

— ¿Aún sigues aquí? —Preguntaba el anciano que había visto cambiar, aquella antigua biblioteca desde su juventud.

—Maquinado he imaginando, cómo puedo superar mi limitado arte. —respondía como si estuviera protestando contra su poca información.

— Cam valtimor conozco tus pensamientos, y  en lo que te enfocas ahora con el tiempo. 

Decía el anciano sabio que caminaba por uno de los pasillos, que quedaba en medio de dos bibliotecas.

— En mesclar una cosa con la otra, siempre lo dices pero quiero llegar al fondo de todo esto.

— En imaginar cosas que tal vez solo son sospecha que no tendría sentido, al final de todo  adentrarte en su vida no será tan fácil para ti, mejor ven y ayúdame con esta escalera pondré estos libros en su lugar. —pedía el anciano sabio, pues temía por las terribles acusaciones que rodeaban a Cam. — No debes ser ligero al decir tal cosa, o calumniar a tan reconocido hombre  por ser un portador  de todo lo bueno, y justo.

—Yo he  leído escritos sobre aquellos lobos, que asolapados en medio de la noche se camuflan en las ovejas; si puedo dar prueba de cómo sus niños los que dice cuidar  y suelen cantar  con la tristeza  plasmadas en sus rostros,  solo son esclavos de los placeres de un Meibionseren  Jael se derrumbaría hasta el abismo que el mismo cabo. Mira la fama del escolta de yates  no es su comportamiento el de un hombre sano y justo, actúa con su aclamada fama como lo haría un hombre sin principios. 

 Asombrado de su acusación, descendía el anciano y trataba de hacerle entender.

— ¿Dices que Gabriel es diversión para los grandes? somos conscientes de cómo no son una religión son libres de amar no se les somete a una dictadura; y he visto a esos niños cantar a su lado son ángeles. 

Triste de ver como Hrolleif, era deslumbrado por mentiras intentaba una vez mas por despertar,  el cerebro adormecido que se negaba a dejar su sueño funesto.

— El oculto en su atuendo de escolta aterrador, no deja ver la esclavitud que su fama  le exige, deseado por las jóvenes goza de ellas y sus puras almas, pero así como ellas los adoran los Meibionseren también lo hacen.

— ¿Entonces  desde la niñez quieres decir que los escoltas de tan grande fama, solo son una distracción para los brujos de alta reputación?  ¿Qué fue lo que viste que ha transformado tu vida?

— No he visto  nada, solo  analizar se volvió mi obsesión. 

— vas por un camino que podría dañar el buen  escritor  que  has sido, tú y tu hermano se adentran en un grave peligro  si Jael está disfrazado de cordero ante todos;  y comprobar que es un lobo hambriento pueda ser verdad, solo te llevará a la tumba  lo cual doy prueba que solo es tu imaginación por los libros.

— Hace ya mucho tiempo que supe algo de mi hermano, Dalta causa miedo cual nunca se había visto, puede llegarse a sentir uno peor que ese. 

— Soy conocedor de muchos escritos, y Dalta es uno de los peores__ expresaba con preocupación Hrolleif, acomodando su silla Cam reconocía en silencio que ya estaba viejo y cansado, con solo observar  — Trata tu hermano de revivir un pasado, que para muchos  Dalta es difícil recordar por el dolor.

—Y yo pienso que mi señor debería descansar un buen tiempo,

—¿Acaso me dices viejo? Aun en esta piel con arrugas y escases de cabello, hay un hombre amante a las letras. 

Sonriendo Cam golpeaba con suavidad su hombro, y tomaba en sus manos los últimos libros por colocar en su lugar.

Caminando  hasta una de las bibliotecas de madera rústica, y talladas como una obra de arte, ponía en su lugar cada libro tentando a leer  uno que era prohibido para muchos. 

  — Es este un gran temor que sintió la gente hace mucho tiempo, y los que sufrieron su maldad no han olvidado siguen perseguidos por su terror; hablo mi hermano en su última carta de cómo los lobos de Dalta vieron regresar no como hombres, ahora son lobos en verdad. 

—Pensé que solo era especulaciones, ¿Hay prueba de ellos?

— los pueblos vecinos a Dalta  dicen haber oído  sus aberrantes aullidos, saben bien cómo confundirse con los lobos que son cazadores de rebaños, mi hermano sigue la historia de una misteriosa chica y su embarazó.

— ¿Qué hay de misterioso en ella?

— Apenas cumplido los quince años de edad quedó en embarazo, la última vez que supe estaba a pocos meses de dar a luz, sus padres eran de extrema pobreza y al quedar en cinta hallaron comodidad. Dicen que algo más esconde Dalta el pueblo de oscuras ruinas.

— Tal vez esconde  un antiguo heredero, sólo así podría ser el regreso de los lobos de Dalta.—angustiado Cam pensaba en su hermano, y en su poca comunicación con el. 

— espero recibir un mensaje de él,  Dalta no puedo visitar en su búsqueda  pues ha encargado Nicolás el señor de corceles escribir la historia del más grande corcel, el ganador de toda carrera peligrosa en los bosques de Londres.

— y yo espero que mi buen amigo  mire con sabiduría,  tanto tú hermano como tú están en un grave peligro  revivir a Dalta es cruel, y tratar de dañar la reputación y buen nombre de los Manson también lo es. Pues son poderosos por ser reconocidos por el pueblo como gente de paz.

— Solo ocultan una cruel realidad.

—Tratando de dejar al descubierto ese verdadero rostro, que dices sería tu final. 

Tomaba Cam sus escritos y salía de allí  perdido sin tener un rumbo de cómo iniciar,  lo que le llevaría a transformar sus libros, pensando en las palabras del viejo amigo  repetía una  y otra vez,  en su conciencia, sintiendo miedo de fracasar en su búsqueda


KRASAVA LA OLVIDADA 

Sólo cabalgaba en medio de las profundas  tinieblas del bosque sin tener ninguna luz física  o espiritual, siendo su única compañía el corcel y su oscuridad avanzando por la espesura del bosque; cruzaba un recóndito y lejano río que se hallaba alejado  de Londres, llegando hasta un prado donde descansaba un enorme árbol,  muerto sin color  que le  adornarse porque sus verdes hojas cortaban sin parar y le transformaban en el recuerdo de todo nombre, de los cuales sus vidas se habían desvanecido  con los Meibionseren, los escritos en el divisaba Jaél  y podía reconocer con claridad al tocar sus letras talladas, de quienes se trataban.

— Todo este tiempo que pase lejos de ti  este fue tu trabajo, haces una obra de arte para nosotros;  o cuentas todo sobre nosotros al bosque que dice tener vida. 

Amarrando fuerte mente su corcel dirigía su paso a la lúgubre y abandonada casa, golpeando cinco veces era la señal para la que la habitaba; de quien esa noche había ido hasta ella. 

Dejándole entrar reía la bruja de aspecto aterrador  con las marcas de toda tortura en su  apariencia, rodeada Krasava de toda  inmundicia y olor fétido; siendo  su única compañía la arruinada manera en que vivía. 

— Viene a mí hoy uno como yo, que solo lo rodea el lujo y toda comodidad;

— Es la decisión individual de cada persona como quiera ser  en este papel, y en ese caso solo eres una de las bajas y débil, si tan solo hubieras sido honesta tu vida sería diferente.—repulsivamente se dirigía a ella Jaél, 

  Respondiendo Krasava a su crítica.— soy más inmunda y fétida que Jaél  Manson físicamente, pero él es más podrido que una cripta en su corazón y se vicia, para maquinar maldad.

— Que bueno que sabes bien cuál es mi posición, todo me ha costado ser el líder que ahora soy; reinó sobre todos y puedo dar muerte si lo deseo.

Callada  he iracunda escribía en la mesa, mientras pasaba su daga con fuerza. — Solo vives de los débiles  he  inocentes, pues son ellos los que te hacen poderoso besan la mano del enemigo y llaman hombre justo; pensando que es un Ángel enviado por Dios pero Dios es su enemigo, porque el camina con Luzbel toda noche de poca luz para tramar al día siguiente….. otro poco de mal.

— ¿Acaso hay algo contra eso?

 Preguntaba Jaél  al ver su reproche que era dominado por el odió.

— una vez fui hermosa  caminaba por el bosque adornándolo por mi belleza, pero una mañana se fue   y con el tiempo se desvaneció del todo, conmigo ya no estaban los que amaba  Ahora sólo quiero hacerles a los demás lo que me hicieron a mí. 

 Decía mientras ponía en su boca un trozo de carne descompuesta y cruda, comiendo como si fuera el mejor de los manjares. — Anda y come, es exquisita como la sangre de una virgen, o la carne dulce de un bebé.

— El estar alejada del mundo te a ello más salvaje, aunque sabemos que ellos así lo piden.

— Si  ellos aman la carne aun con su  sangre  jajajajaja,  ¿Porque Jaél  no acepta nada de mí cocina? porque es un  demonio con un paladar de gran gusto.—se respondía ella misma su interrogante. 

— No he venido aquí  para oír tus reclamos y ver tu arruinada casa, y costumbre de vivir, habla ahora qué noticias hay de Jeremía. 

 Observaba fija a sus ojos y con burlas decía lo que quería oír.

 —Mantuve ausente  noche y día, buscando refugiarme de luz del día hallando un poco de oscuridad; a  una hora de camino desde aquí en una pequeña aldea de campesinos débiles. Luchan por sobrevivir. 

—¡Imaginó su forma de vivir  ahora  cuando ya ha pasado mucho tiempo! —exclamaba con sarcasmo Jaél, contra el amigo que ahora era  su enemigo.

— Belius ha crecido ya han pasado muchos años que de nuestra presencia se escondían, ahora ella que vestía de ropa fina limpia la casa de los cerdos limpia por un poco de comida, siembra el campo destrozando sus manos  pagando así el error de su padre.

— Aidan  también es grande ahora.

— Aidan fuerte y robusto para su edad, y el pequeño una carne dulce lista para devorar.

—¿Pequeño? — preguntaba confundido Jaél.

—Si un hermoso niño, al parecer ya ha cumplido unos tres años.

Segado por el mal no perdonaba Jaél la  tracción, y prometía hacer pagar a los justos con dolor. 

— Sabes aprecie a Jeremía era un buen administrador de mis tierras, los números eran para el algo que yo no lograba descifrar; pero tanta inteligencia  le llevo a pensar que sería capaz  de destruir una fortuna y poder, el pagará con dolor pues será el dolor de sus hijos su mayor castigo

— ¿Cómo será debo actuar en algo?

— vendrá Gabriel  en mí Lugar,  el ejecutará el plan  tu solo le guiaras; el me llevará hasta ellos: pues no pretendo pasar tanto tiempo a la compañía de tu presencia.

—Tu  desmedida confianza en el monstruo que formaste, podría resultar equívoca; un asesino que ni tú podrías controlar.—musitaba cerca de su oído,  pensando Jael en sus palabras.

 — Sabría bien cómo controlar, suelo quitar la vida silenciosamente cuando cuenta se dan es tarde ya. —hablaba de su manera de actuar lo cual no era desconocida para Krasava.

— ¿No crees tú que Gabriel también lo piensa? Que tramara en la soledad de su aposento. — caminaba Jaél  hasta la puerta  he ignoraba su amenaza,  y le hacía detener Krasava con una pregunta que no esperaba. — ¿Cómo está  Jeguin y su hija  Sian? era tan pequeña la última vez que le vi; era la bebé más dulce qué había conocido.

— Ahora son dos niñas Jeguin decidió convivir lejos  de nosotros, apartada de nuestra manera de vivir; casándose con un loco que los corceles eran su vida.

— Nicolás  solo le hizo un favor, la alejó de ser un engendro como lo soy ahora

Observaba Jaél  la arrogancia y valentía de krasava, al contradecir  y sonreía porque sabía que una esclava era; no pudiendo huir de su destino. 

— Ya no puedes mirar atrás ellos son tus dueños, ve y busca tu cena pues ha caído la noche; ¿Hoy que plato gustas un cordero recién nacido? ¿O los sacarás  del vientre de su madre? — con ira en lo profundo de su corazón, le ordenaba Krasava que se marchara,

— sola  prefiero caminar en la noche, que con tu compañía a mi lado. — saliendo Jaél  de su presencia, entre su dentadura mientras le miraba por la ventana  murmuraba. 

— Un monstruo aun en tu apariencia de hombre justo  te vez, tu atuendo es más del espectro de la muerte de nada te sirve esas ropas lujosas. 

 Miraba Krasava como no había luna, y las estrellas estaban ocultas por la nubosidad. —La noche es perfecta  no hay luz de luna y las estrellas no se ven porque la niebla la cubre, y  en  medio de ella saldré en busca de un sabor nuevo. — fuera de su casa  caminaba por el bosque  rumbo a los campos habitados, porque puestos sus ojos en un establo se hallaban,  pues hasta ella había llegado que dulces y tiernos corderos, habían nacido; y con su daga imaginaba atravesar  su carne.

Media hora de camino sin parar, porque conocía el bosque como los conejos, y el rastro de la carne cruda sentía como los lobos hambrientos; logrando así  sus pies en el establo poner  tropezaba cayendo sobre los  cuerpos destrozados de los que habían cuidado aquella casa por años. 

— Los recuerdo también aquellas fieras que mi presencia solían sentir  y perseguir, ya son historia.

Quedando en silencio observaba los restos  y una duda crecía en ella— ¿Pero qué fue lo que silencio sus aturdidores ladridos? — Se preguntaba al pensar en todo lo que contemplaba.— Alguien más ha venido aquí. — los disparos alertaban a Krasava porque en busca de la  bestia cada aldeano,   sitiaba y rodeaba con el fuego de las antorchas

—“¡A quién buscan esta vez no fue mi mano, la que  atacó estos campos! “— exclamaba oculta entre los arbustos, esperando que sus presencias se alejasen  el estruendo de toda arma callaba; y la noche quedaba en calma decidiendo salir krasava de su escondite  retrocedía una vez más, porque  a lo lejos en una  alta roca que la niebla le rodeaba, lo que en busca estaban cada campesino se encontraba enorme como un  oso,  y erguido como un lobo, confundía a krasava, al no descifrar qué bestia era de tal resoplar aturdidor. — ¿Quién eres tú que camina en mi noche, vestido de las sombras? — se preguntaba al ver su misma oscuridad en él, pero temía ser vista  huyendo de él. 






















Comentarios

  1. Hola
    Wow, yo te aconsejaría no subir tantos capítulos a la vez porque tanta información de golpe asusta mucho. Por lo demás tienes una propuesta inteeresante
    Un bes💕

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  2. Me encanto tu historia la leí de un tirón . Eres muy buena escritora. Te mando un beso.

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  3. ¡Hola Katrina!¿como estas?
    Eres una muy buena escritora, sigue asi, tu historia cada vez se vuelve mas adictiva <3


    Diana de Aventura En Libros <3

    Bonito sábado <3

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